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Las lamias son mujeres muy bellas, con el pelo largo y dorado, y con pies de pato, que viven en los bosques cerca de los ríos. Se las podría considerar las sirenas vascas.
Suelen pasarse horas peinando sus largos cabellos a la orilla del agua mientras cantan con una voz tan dulce que dicen que quien las escucha queda prendado de ellas.
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En Orozco hay una leyenda sobre una de ellas:
Había una vez un joven pastor al que cierto día se le extravió una de sus ovejas, y buscándola, llegó al claro de un bosque, donde descubrió a una hermosa dama cantando una bella canción mientras peinaba su largo cabello dorado. La joven, al darse cuenta de que la espiaban, se zambulló en el agua, y desde allí le preguntó:
-¿quién eres?
- Me llamo Antxon, y tú, ¿cómo te llamas?
La lamia, riéndose, desapareció agua adentro.
Antxon regresó con su rebaño, pero después de estar días sin dormir, decidió volver al bosque en busca de su amada.
En efecto, en el mismo claro donde la encontró por primera vez, estaba su lamia esperándole.
Después de pasar unas cuantas horas sin hablar, contemplándose el uno al otro, la lamia le preguntó:
-¿te casarás conmigo?
-Sí-, le respondió sin ninguna duda Antxón.
-Entonces, como señal de compromiso, te entregaré este anillo-, repuso la lamia.
Y Antxón se lo colocó en el dedo anular.
Cuando el pastor dió la noticia en su casa, su madre le respondió que quién era la chica, y al contarle la historia, le advirtió que la mirara los pies, ya que podía ser una lamia, y las lamias y los humanos no podían casarse.
Antxon fue corriendo al bosque a ver a su amada, y queriéndola dar una sorpresa, vió que sus pies no eran como los demás. Tenían forma de pato.
Presa de una gran tristeza, se metió en la cama y murió de pena.
El día de su entierro, la lamia acudió, le cubrió con una sábana de oro y siguió al cortejo hasta la puerta de la iglesia, ya que no pueden entrar dentro. Entonces se fue de nuevo al bosque y lloró por su amor. Tanto lloró y lloró, que dicen que sus lágrimas formaron un manantial que recuerda el amor imposible entre la lamia y el pastor.
Estoy enlazando esta entrada a la fiesta de enlaces de Personalización de blogs.
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Recuerdo que siendo una cría nos mandaron hacer en clase de Euskera una redacción sobre las lamias después de contarnos esa historia.
ResponderEliminarMusus!
Arte Friki
Está bien que no se pierdan estas leyendas. Es parte de nuestra cultura.
EliminarUn saludo y bienvenida al blog.
Ya te encontré! soy cuentosdeamatxu, o lo que es lo mismo; Saioa (la que estaba cerca tuyo en madresfera). Me encantan las leyendas y la mitología vasca. Voy a seguir muy de cerca tu blog!
ResponderEliminarMuxux
Bienvenida Saioa.
EliminarMe alegra que te gusten. Seguiré poniendo alguna más.
Pasa cuando quieras.
Un saludo.